Bajo un rostro amable se esconde el mayor peligro público para el futuro medioambiental de Tenerife. Un auténtico monstruo de la obra pública que amenaza con continuar devorando el territorio, sus paisajes y los recursos naturales y económicos, con sus injustificados, desfasados, megalómanos y costosísimos proyectos. Veamos algunos rayos y truenos que están cayendo o se vislumbran en el horizonte cercano, atraídos por esta creación macrabra, insensible y brutal, a las órdenes del doctor Fepeco:
1.- Nada más llegar al cargo de Consejero de Obras Públicas, Transporte y Vivienda del Gobierno “progre” de Canarias, hace ahora un año, desaprovechó la oportunidad de replantear el trazado, las condiciones y el costo (nada menos que 240 millones de euros para 11 km con 5 km de túnel) del Anillo Insular de Tenerife a su paso por el macizo protegido de Teno, pudiendo demostrar con ello que el cambio que nos vendían con respecto a la protección del medio ambiente tenía algo de cierto.
La triste realidad es que las políticas de obra pública del actual consejero mantienen su fuerte impacto ecológico, paisajístico, social e incluso económico, y no son más que una muy mala copia de las desarrolladas por sus antecesores en el mismo cargo.
2.- Posteriormente, en su primer discurso en el Parlamento de Canarias, se comprometió a adjudicar todos los proyectos que desempolvó o encontró en los archivos y armarios cuando llegó a su consejería (puerto de Fonsalía, túneles y ampliación del Anillo Insular, ampliación de autopistas, más túneles y autopistas desde el Tanque hasta Los Realejos, entre Guajara y Guamasa, nuevas carreteras, trenes al norte y sur de la isla, Vía de Cornisa, nuevos puertos, etc.) dejando claro al mismo tiempo su desprecio más absoluto hacia el debate, la transparencia, el medioambiente, la previsible escasez de recursos económicos, la oposición ciudadana y de organizaciones de todo tipo, los cambios en la movilidad o las nueva formas de trabajo. Paralelamente, va dejando una y otra vez en evidencia a otros cargos públicos insulares o locales, que declaran públicamente lo contrario de lo que el consejero Franquistein hace o dice.
Al monstruo Franquistein sólo le interesa cumplir fielmente las órdenes y el guión que le marcan los grandes beneficiarios de sus políticas despilfarradoras y destructivas, con los que aparece continuamente en los medios, siempre en posición secundaria y sumisa.
Especialmente llamativo es el silencio del resto de los consejeros del gobierno, especialmente de aquellos que alardean de querer cuidar el medioambiente de nuestra islas, por el terror que les causa esta espeluznante criatura, que no se inmuta lo más mínimo al prometer las mayores inversiones de Europa en obras públicas inútiles.
3.- Por su parte, en el mes de febrero, uno de sus escuderos y consejero menor del ramo en el Cabildo de Tenerife, dio la cara en la presentación de la obra más despilfarradora de las proyectadas por su temeroso jefe: una macro-autopista de 6 km. con curvas, seis carriles, dos túneles de 4 kilómetros de longitud cada uno, atravesando todo ello una de las zonas agrícolas y paisajísticas más importantes de Tenerife. Lógicamente, tras la presentación del proyecto se produjo de forma inmediata una reacción ciudadana en contra, solamente paralizada por el confinamiento generado por el Covid.
Pues bien, aprovechándose de las desgraciadas circunstancias que vivimos, el consejero Franquistein adjudicó, entre otros, la redacción de ese monstruoso proyecto por 2,1 millones de euros, demostrando su maldad y ocultas intenciones y, para que quedara bien claro, aseguró que “las consecuencias de la crisis económica y social provocada por el coronavirus no retrasarán los proyectos para construir nuevas carreteras en Tenerife que ayuden a acabar con los atascos”. Sin duda, el consejero necesita ponerse al día en materia de movilidad.
4.- Quizás para compensar, el consejero maligno, anunció la construcción de miles de viviendas en Canarias, solicitando para ello más suelo gratuitamente a los Ayuntamientos. Mientras, existen miles de viviendas a medio construir o casi terminadas, junto a miles de viviendas que permanecen vacías y decenas de edificios turísticos que no volverán a abrir, podrían ser una alternativa más rápida y económica, si de verdad interesara resolver alguna demanda social. Parece que el consumo de áridos y cemento continúan siendo el modelo económico dominante.
6.- Y para rematar, Franquistein y sus escuderos anuncian en pleno agosto, la petición de dineros europeos para las obra de los trenes de Gran Canaria y Tenerife, además de algún que otro tranvía. Lo importante, una vez más, es sacarle los dineros a Europa, con el agravante de que esta inútil y destructiva obra pretenden construirla en plena crisis y con necesidades mucho más importantes que afrontar.
Los 5.000 millones de euros solicitados (incluidas las desviaciones presupuestarias, comisiones, imprevistos, mordidas, etc.) son un auténtico despilfarro en unos momentos donde se plantea, por ejemplo, fomentar y generalizar el teletrabajo, con lo que ello supone de ahorro en desplazamientos.
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