La libertad de información es consustancial con la democracia, hasta tal punto que ésta dejaría de existir si los ciudadanos no pueden expresarse libremente. En una sociedad libre no puede admitirse la censura, pero tampoco es admisible que los medios de comunicación se presten a la manipulación de los hechos o a la tergiversación de la información en beneficio de determinados intereses políticos y/o económicos. En Canarias, desgraciadamente, es un hecho habitual que periódicos, radios, canales de televisión y comentaristas tomen partido a favor de políticos y empresarios tergiversando, e incluso ocultando, los hechos y las noticias que van en contra de sus intereses. Es el caso de tres medios de gran difusión como Radio Club de Tenerife, el Diario de Avisos y los periódicos pertenecientes al conglomerado empresarial de Prensa Canaria: El Día y La Provincia. Aunque no es, ni mucho menos, una situación nueva, en los últimos tiempos se ha hecho más notoria y evidente.
Estos días ha estado de actualidad el problema del crecimiento demográfico en las islas; el alarmismo ha sido la nota dominante al considerar el grave peligro que representaría para el archipiélago el exceso demográfico. Pero la realidad es bien distinta, Canarias lleva varios años con un crecimiento vegetativo negativo, mueren más canarios que los que nacen. ¿Entonces en que se basan para alarmar a la población? pues en proyecciones que indican un fuerte crecimiento para los próximos años de la inmigración por el incremento del número de turistas y de personas proveniente de otros países de la U.E. Es el resultado lógico de la política de las instituciones canarias que fomentan, con grandes campañas de promoción de las islas, como lugar ideal para las vacaciones, para tele trabajo y, también, como residencia para jubilados. Esta política genera un aumento de la demanda de trabajadores y, en consecuencia, la llegada de inmigrantes puesto que la menguante y envejecida población canaria no puede satisfacer el necesario incremento de la mano de obra.
Más turistas y más urbanizaciones implica, lógicamente, más consumo de nuestros escasos recursos: territorio, aguas, alimentos… Si a esto le sumamos una política de construcción de grandes obras públicas, aunque sean evidentemente innecesarias, ruinosas y, además, con un gran impacto ambiental, y que solo beneficia a sectores empresariales y políticos y perjudica a la mayoría. Hecho que ha quedado acreditado con el ex presidente de los empresarios de la construcción, Antonio Plasencia y el dirigente político de CC y ex alcalde de Santa Cruz Miguel Zerolo, ambos condenados a penas de cárcel por corrupción y atentado al medio ambiente.
Estos día el periodista David Cuesta daba a conocer un hecho asombroso: Un organismo público y con dinero público publica una resolución para financiar con 26.750 euros una campaña de publicidad a favor del disparatado puerto de Granadilla, destinada al periódico Diario de Avisos, con el “objetivo de contrarrestar así los mensajes negativos que se vienen vertiendo sobre la citada instalación y su supuesta innecesaridad”. Como escribe David Cuesta “así es como se condiciona a los medios de comunicación.”
En Canarias tenemos casi un vehículo por habitante, estamos a la cabeza de España en kilómetros de carreteras por kilómetro cuadrado de superficie, tenemos más carreteras que Murcia que duplica la extensión de las islas y como consecuencia lógica nuestras carreteras están colapsadas ¿Y qué proponen nuestras autoridades para solucionar el problema? Pues seguir promocionando el transporte privado construyendo más carreteras, más carriles en las autopistas y financiar, con dinero público un circuitos de carreras de coches y motos. Y como nuestro escaso territorio les importa muy poco siguen con la ocurrencia de construir, además, un tren al sur de la isla cuando deberían saber que no hay ninguna isla en el mundo con superficie equivalente que base su movilidad en el transporte guiado. Es una infraestructura que consume mucho territorio, es poco versátil y que no se puede cambiar ni adaptar a nuevas necesidades pero va a proporcionar cuantiosos beneficios a empresarios y políticos. Y para que la opinión pública acepte estos disparates se financian campañas de publicidad con el dinero de los contribuyentes.
El proyecto de urbanización del Puertito de Adeje es el ejemplo perfecto de la manipulación de estos medios informativos tratando de contrarrestar lo evidente: el impacto que ocasiona en el medio natural destruyendo de manera irreversible un territorio de enorme valor ambiental. Las ilegalidades del procedimiento cuentan con la complicidad de algunas autoridades, como es el caso del alcalde de Adeje y presidente de los socialistas canarios y del presidente del cabildo de Tenerife. Basta repasar las hemerotecas para comprobar como utilizan las mentiras y las descalificaciones para defender los intereses de unos inversores extranjeros. Sirva como ejemplo el periodista Pepe Moreno cuando insinúa, sin prueba alguna, que la viborina triste fue plantada por los ecologistas para justificar la paralización de las obras y así desprestigiar el informe ambiental que presentaron los promotores y los políticos que los apoyan. Es más, la Delegación de gobierno ha multado a Atan por a manifestarse en contra de este atentado en lugar de hacerlo con quienes se saltan la legalidad, destruyen lugares únicos y promocionan una política que nos ha llevado al actual colapso. Por eso es necesario que organizaciones como Atan, que solo defienden la conservación del patrimonio natural y cultural de manera desinteresada y sin ataduras políticas, hagamos oír nuestra voz denunciando estas manipulaciones de los medios de comunicación.
Eustaquio Villalba Moreno
Portavoz de Atan
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