Esta “industria”, que tiene al cemento como principal materia prima, se hunde. Cada vez tiene menos grandes proyectos y de ahí el lío que han montado estos meses y años con el lloriqueo de la falta de inversión.
Tenerife, Gran Canaria y las islas en general están colmadas de infraestructuras construidas en los últimos 40 años. Algunas muy útiles y necesarias y otras tan dañinas para el medio como inútiles, como el puerto de Granadilla.
Estos señores crecieron con este modelo, donde cada año se facturaba mucho más que el anterior, y así durante décadas. Décadas donde untar al político y los sobres eran toda la competencia que tenían. Poco más saben hacer, ese es el problema. Es un sector que en una parte se adaptará a lo que la sociedad necesita y demandará en las próximas décadas: renovación de edificios e infraestructuras para mantenerlas al día, eficiencia energética, renovables, etc.
Ya no se necesitan más autopistas, básicamente no caben. No se necesitan más puertos, con 5 en apenas 35 kilómetros de costa, ni enlaces o túneles con los últimos boquetes que están haciendo. Ya tampoco se puede abrir una cantera a cielo abierto durante años y extraer material ilegalmente.
Estas personas llegaron ahí gracias a un crecimiento desmesurado que creaba una “sopa” de dinero de la que mamar casi infinitamente, pero los 90 ya pasaron para siempre y gente como Óscar Izquierdo y a los que él representa patalean en el suelo por seguir con su obsoleto modelo de negocio.
Estamos en otra época donde FEPECO está dejando de ser un lobby influyente y dejar paso a otras asociaciones que aporten más valor a la economía canaria sin pasar por machacar las islas. Empresas digitales, de innovación energética, de servicios sociales y software son ya el presente de estas islas, pero parece que estos no se han enterado.
No es de extrañar que pataleen y se crean nada menos que son representación de la sociedad canaria. Son empresas que el lugar que tienen lo lograron en un clima en el que cualquier negocio que moviera cemento salía adelante y hacía millones. Sin competencia, innovación o valor positivo alguno.
Ahora la sociedad canaria ha cambiado, como también está cambiando el tejido empresarial por eso, a pesar de tener prensa que les pone papeles en blanco para que escriban cualquier chorrada que se les pasa por la cabeza, todos y cada uno de los comentarios y respuestas en redes sociales a estos dinosaurios “si-ístas” demuestran que la sociedad no es tonta y esto les pone nerviosos.
Es curioso que estos señores del sí a todo que aún tienen demasiada representación pública para el valor que tienen hoy en día, como puede ser Pedro Martín, nunca piden mega hospitales, o una remodelación completa de la universidad.
Queremos empresas que nos aporten valor, puestos de trabajo seguros y bien remunerados y que además lo hagan respetando lo que nos hace únicos: nuestra naturaleza.
Queremos personas organizadas, bien concienciadas y con materia gris abundante como Las Kellys, un grupo de mucho valor surgido en Canarias y que ahora está promoviendo una plataforma de reservas donde poder reservar un hotel con la seguridad de que no habrá explotación al personal. Esta plataforma de reservas dejará sus beneficios en España y no en vete a saber dónde lo hace Booking o AirBnB.
Tenemos cientos de pequeñas empresas con valores que vienen para quedarse y que innovan cada día: apicultoras, de alimentación, de productos de valor añadido de la agricultura, de programación, de ecoturismo y servicios digitales. Esta es la nueva economía. Y los que no la vean venir, que sigan pataleando.
Este es el tipo de empresas que necesitamos y no las que representan FEPECO o CEST, a los que les gusta hablar de sectarismo político cuando se refieren a nosotros, los ecologistas. El sectarismo político del que hablan no es más que el cumplimiento de las normas, pero vienen de una época donde cumplir la legalidad era opcional y dejar huellas como la de la imagen de cabecera en las islas no era sectarismo político, era la normalidad en la que vivíamos. Que sigan pataleando, no volveremos al pasado.
Les dejamos unos comentarios extraídos de diferentes redes sociales. Afirman representar a todos los canarios cuando sólo representan a lo peor de ecosistema empresarial de canarias.
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