Hace unos días ponían en El Puertito de Adeje la primera de un macro hotel de lujo un grupo de inversores acompañados, como no, de alcalde de lugar D. José Miguel Rodríguez Fraga. Una piedra que cae como una bomba en una zona bastante bien preservada hasta ahora. El único trozo de tierra de esa zona que nos queda sin llenar de hoteles, campos de golf, yates y rubitos que no saben ni dónde están, recibiendo masajes tailandeses y bebiendo Strongbow.
Nos vuelven a vender por enésima vez un hotel al lado de un Espacio Natural Protegido con la excusa de que está basado en “principios sostenibles”. MENTIRA. No existe ninguna forma alguna de meter 16 millones de turistas en unas islas sobrepobladas de forma sostenible. No existe forma alguna de arrancar un tabaibal-cardonal y plantar cocoteros de forma sostenible. No existe forma alguna de llenar una playa refugio de decenas de especies en retroceso de forma sostenible.
Lo que sí están haciendo de forma sostenible es robarnos el territorio y la naturaleza de la que hasta hace no tanto podíamos disfrutar. A cachos, de forma imparable. Mientras y, aunque duela, la mayoría de canarios se queda en el sofá.
Mientras nos roban el espacio, la naturaleza, las playas, el pescado y los pueblos a todas las personas que vivimos en las islas, los organismos públicos colaboran en dejarnos las migajas, el mínimo para que no saltemos. Una PCI justita por aquí, un complementito por allá cuando la cosa se pone más fea, un evento para recaudar comida en la tele con el que regodearnos en nuestra propia miseria. Vamos, el mínimo imprescindible para evitar un estallido social que ya está tardando.
Nos plantan molinos en nuestros terrenos rurales y agrícolas forzando al mago de toda la vida a cambio de un alquiler ridículo; alquiler con el que nos roban hasta el viento y nos lo meten en nuestra propia factura de la luz a precio de gas alaskeño.
Nos van a meter carreteras hasta por el salón de casa, pasando por delante de tu sofá mientras esperas a que Netflix cargue la última serie rodada en las islas también reventando, como no, el paisaje.
Nos están construyendo las mejores zonas, siempre al lado de idílicos espacios naturales para meter hoteles y viviendas de lujo que NUNCA vas a poder pagar. Nos conformamos con un sueldo basura, un transporte público de mierda y arrinconarnos cada vez más en nuestros antiguos lugares de tranquilidad, ocio y vida local. Y ya ni eso.
Les preparan coloquios sobre turismo sostenible para insultarnos y decir que “la culpa es de los canarios, que hacen chuletadas en el monte y ponen casetas“.
Tal es el descaro de las sobras que nos dejan que, mientras 48 familias luchan por mantenerse en sus casas en San Isidro, Ángel Víctor Torres anuncia la primera promoción de vivienda pública, la abrumadora cifra de 16 pisos, en nada menos que 8 años, sin que se le caiga la cara de vergüenza. La debe tener de hormigón armado, que es un material que le debe quedar a buen precio con el descuento amigo.
Nos enteramos que los vecinos de El Puertito van a recibir ahora, de la mano de este mega hotel, los servicios públicos que nos les han dado en décadas. ¿En serio? ¿Ahora? Es para salir a la calle hasta que caigan todos estos chupasangres.
Luego vienen diciendo que en Canarias “es que vivimos del turismo” NO, el turismo nos parasita y, como mal parásito, se nos terminará llevando por delante mientras nos rascamos el picor en el sofá.
¿Te vas a dejar? Yo desde luego, NO voy a dejar que me tiren mierda en la cara y tragar.
¡Despierta, Canarias, de una vez!
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Iván, voluntario de ATAN